La sede del Museo es una casa solariega de hermosa estampa, pintada en “amoroso amarillo”, en palabras del arquitecto José María Hervás, y con las características tradicionales de las arquitecturas del siglo XIX, situada en la ancestral, viva y vivida Plaza de Santa Catalina, en la que en otros tiempos se habían asentado la Mezquita de Al Cartayani, la Linterna de la ciudad y el Contraste, corazón que fueron de la ciudad mora, medieval y barroca. El Ayuntamiento de Murcia adquirió el noble edificio para albergar la colección donada por Ramón Gaya.

    La casa fue rehabilitada y acondicionada por el arquitecto municipal Miguel Ángel Beloqui, quien respetando todo lo compartimentado de ella, manteniendo la parte noble, llena de salas espaciosas y la de servicio con rincones y recovecos, la adaptó para ser el Museo capaz de mostrar una pintura que “emociona” y hace que el espectador “sienta y viva” la pintura de Ramón Gaya.

    Del edificio original se conservaron la fachada con sus balcones, rejas de buche de paloma, mirador y la escalera principal con sus óculos al exterior.

  Fachada Museo Ramón Gaya
Todos estos elementos representativos de la arquitectura murciana de una época y, a través de ellos, la luz exterior, esa luz murciana “polvorienta y cálida”, tornasolada y matizada por las jacarandas de la plaza, albergan desde el 10 de octubre de 1990 las salas del Museo donde cuelga la vida de Ramón Gaya convertida en colección.
 
Patio Interior del Museo. S.XIX Vista alta del patio interior del Museo.   Escalera principal con sus óculos al exterior.