Manuel Marín. Esculturas

Primera exposición monográfica en España, patrocinada por la Fundación Legado Humano

El Museo Ramón Gaya de Murcia presenta la primera exposición dedicada en España a la obra del escultor murciano Manuel Marín (Cieza, 1942 – Málaga, 2007), uno de los creadores españoles de móviles más singulares del siglo XX y, pese a ello, prácticamente desconocido en su propia tierra.
El origen del proyecto se remonta al hallazgo fortuito de una escultura móvil en los almacenes del Museo de Bellas Artes de Murcia. Su entonces director, Javier Bernal, encontró la pieza cuidadosamente embalada junto a su documentación original. Tras contactar con la viuda del artista, Mónika Rabassa, se confirmó la autoría y comenzó el “rescate” de una obra que había permanecido oculta durante años. Aquel descubrimiento desencadenó un proceso de investigación y recuperación que culmina ahora en esta exposición.
Marín, que en su juventud fue torero —conocido como El Faraón—, inició su camino artístico en los años sesenta. Su viuda, Mónika Rabassa, cuya generosidad y testimonio han sido esenciales para hacer realidad esta muestra, relata cómo trabajó «de ayudante en la fundición de Henry Moore y cómo, desde 1964, desarrolló su carrera en Nueva York, donde creó un lenguaje escultórico propio, influido por Alexander Calder y Joan Miró. Allí se relacionó con figuras como Andy Warhol, Willem de Kooning o Basquiat, así como españoles como Paco de Lucía» señala.
Sus móviles —de colores vivos, movimiento sutil y formas depuradas— se exhiben hoy en espacios públicos de Estados Unidos, Canadá, Japón, China y España, también en el Museo de Arte Contemporáneo de Cartagena.
La exposición presenta 36 esculturas de hierro policromado, seleccionadas del estudio que Marín compartió con Rabassa durante tres décadas en Alhaurín de la Torre, donde ella conserva y gestiona el archivo del artista. Muchas de estas piezas nunca se habían mostrado en la Región de Murcia y ocuparán tres salas del Museo Ramón Gaya.
El proyecto, comisariado por Javier Bernal y Rafael Fuster, ha sido posible gracias a las visitas de trabajo realizadas en 2025 a la casa-estudio del escultor, junto a Raúl García, presidente de Legado Humano Natural.